Dios dijo a Agar que iba a
levantar una gran nación de Ismael, una nación de cazadores, de guerreros, de
arqueros y Dios le dijo a Abram que sobre él se levantaría otra gran nación, la
nación judía. Así que tanto Ismael como Isaac
iban a ser bendecidos.
Cuando Agar queda embarazada, mira a su Señora con desprecio (Gen. 16:4-9) con envidia, y como Saraí la afligía, la oprimía, la maltrataba, Agar decide huir al desierto.
En el desierto recibe al ángel del Señor que le dice que regrese a la casa de
Abram, que sea sumisa a Sara, que vuelva a servirle a su Señora.
El ángel le dice que ella dará a
luz a un niño que se llamará Ismael.(Dios oye), pues Dios había escuchado su
aflicción. El ángel le dice que sobre Ismael Dios levantará una gran nación,
que Ismael será un diestro arquero, un valiente guerrero. Entonces Agar regresa
a la casa de Abraham y vuelve a ser sumisa y le sirve a Sara.
Y dijo el ángel de Jehová:
Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano.
Génesis 16:9
Además le dijo el ángel de
Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre
Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. Y él será hombre fiero; su mano
será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus
hermanos habitará,
Génesis 16:11-12
El ángel que Dios envió a Agar
quien lloraba en el desierto y huía de Sara le llevó un mensaje profético que
muy pronto tendrá su cumplimiento.
Dios le prometió a Agar que su
hijo Ismael sería un gran guerrero muy fiero, Sobre Ismael se levantaría una
gran nación, una nación muy numerosa.
En estos versículos Dios a través
del ángel le declara a Agar que los descendientes de Ismael levantarán un reino
que sería contra todos y todos contra él. Ese reino, en el cual el rey reinará
en medio de sus hermanos, es el imperio del anticristo. El anticristo será un
descendiente de Ismael que logrará la unión de su pueblo y que reinará en medio
de todos los árabes. Ese reino se levantará contra todos y todos irán contra
él.
La situación en el hogar de Abram
empeora al nacer Isaac. La vida para Agar y su hijo Ismael se hace
insoportable. Las relaciones entre la sierva y Sara se tornan muy difíciles a
causa de los niños. Ismael que le lleva 14 años a Isaac comienza a burlarse de
Isaac. Sara no soporta las humillaciones y le reclama una vez más a Abram y le
pide que eche a su sierva Agar de la casa.
Entonces Abram contristado
consulta a Dios.
Y vio Sara que el hijo de Agar la
egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo
Isaac.
Este dicho pareció grave en gran
manera a Abraham a causa de su hijo.
Entonces dijo Dios a Abraham: No
te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere
Sara, oye su voz, porque en Isaac será llamada descendencia.
Génesis 21:9-12
Y también del hijo de la sierva
haré una nación, porque es tu descendiente.
Entonces Abraham se levantó muy
de mañana, y tomó pan, y un odre de agua y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su
hombro, y le entregó el muchacho y la despidió. Y ella salió y andando errante
por el desierto de Beerseba.
Génesis 21:13-15
Definitivamente en este momento
se estableció la supremacía de Isaac sobre Ismael. Sería en Isaac que Dios le
daría la descendencia a Abraham. Isaac sería el elegido de Abram e Ismael sería
echado del hogar con su madre Agar. Las burlas del niño, la mofa, el menosprecio
fueron las causas para que Abram tomara la decisión de echarlos del seno
familiar.
Agar sufría por causa de la
actitud del Ismael. Ciertamente que se hizo imposible que ambos niños
permanecieran juntos, entonces vino la división, la separación, ya la raíz de
la discordia había crecido y jamás se volvería a tener paz entre los
descendientes de Isaac y los descendientes de Ismael.
Ahora encontramos a Agar vagando
por el desierto, el pan y el agua se han terminado, sólo ella espera la muerte.
El dolor la consume, la desesperación, el rechazo de Abram y la maldad de su
señora. Ella había sido obediente al regresar a la casa, pero en vez de que la
situación mejorara la misma había empeorado desde el nacimiento de Isaac.
Ahora Agar no quiere ver morir a
su hijo, así que lo abandona a la suerte.
Y faltó el agua del odre, y echó
al muchacho debajo de un arbusto, y se fue y se sentó enfrente, a distancia de
un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella
se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró.
Génesis 21: 15-16
La escena era agobiante,
terriblemente triste. Agar estaba destrozada. Ya no tenía agua, el odre estaba
seco y el efecto de la sed se hacía sentir. Luego de vagar por el desierto
encontró un arbusto y colocó al joven Ismael bajo el mismo y ella se movió
enfrente del arbusto, a distancia de un arco, para no ver morir a su hijo.
Era algo injusto para ella,
Ismael era el hijo mayor de Abram, y no era justo que la echaran así de la
casa. La pena, el sufrimiento, el dolor la consumía. Y mientras pensaba en la
muerte de su hijo, mientras pensaba que estaba sola en medio del desierto, sin
posibilidad alguna de sobrevivir, Dios se acordó de ella al escuchar los gritos
del niño.